sábado, 11 de enero de 2020

DANTE: Tanto gentile

Tanto gentile e tanto honesta pare
La donna mia quand’ella altrui saluta,
Ch’ogne lingua deven tremando muta,
 E li occhi no l’ardiscon di guardare.
Ella si va, sentendosi laudare,
 Benignamente d’umiltà vestuta;
E par che sia una cosa venuta
 Da cielo in terra a miracol mostrare.
 Mostrasi sì piacente a chi la mira,
Che dà per li occhi una dolcezza al core,
Che ’ntender no la può chi no la prova;
E par che de la sua labbia si mova
Un spirito soave pien d’amore,
Che va dicendo a l’anima: Sospira.

 
Tan gentil, tan honesta, en su pasar,
es mi dama cuando ella a alguien saluda,
que toda lengua tiembla y queda muda
y los ojos no la osan contemplar.
Ella se aleja, oyéndose alabar,
benignamente de humildad vestida,
y parece que sea cosa venida
un milagro del cielo acá a mostrar.
Muestra un agrado tal a quien la mira
que al pecho, por los ojos, da un dulzor
que no puede entender quien no lo prueba.
Parece de sus labios que se mueva
un espíritu suave, todo amor,
que al alma va diciéndole: suspira.                    Traducción de Dámaso Alonso
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Tanto es gentil el porte de mi amada,
tanto digna de amor cuando saluda,
que toda lengua permanece muda
y a todos avasalla su mirada.

Rauda se aleja oyéndose ensalzada
-humildad que la viste y que la escuda-,
y es a la tierra cual celeste ayuda
en humano prodigio transformada.

Tanto embeleso el contemplarla inspira,
que al corazón embriaga de ternura:
lo siente y lo comprende quien la mira.

Y en sus labios, cual signo de ventura,
vagar parece un rizo de dulzura
que el alma va diciéndole: ¡Suspira!                
Versión de: Carlos López Narváez

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