Esta es la primera novela del mundo, escrita en el siglo XI por una dama que vivió en una de las cortes mas refinadas de Asia y que inventó un nuevo género para expresarse.
Murasaki Shikibu (973 – c.1013) perteneció a una familia aristocrática de rango medio. En 998 contrajo matrimonio, pero enviudó dos años después. Su destino en la corte estaba dedicado principalmente al servicio de compañía de la emperatriz Akiko, en gran parte debido a su gran talento como narradora. Murió a los cuarenta años. De su vasta obra se conservan algunos fragmentos de su diario, un buen número de poemas y esta obra clásica que encabeza las letras japonesas.
La novela, compuesta por dos volúmenes, narra en el primero la historia del príncipe Genji, desde que recibe su nombre en el pabellón de la paulonia, hasta su muerte solitaria en un templo en donde vive retirado del mundo. Los once capítulos que componen el segundo volumen narran, principalmente, las vicisitudes amorosas del «hijo» de Genji y de su segundo nieto culminando esta larga saga familiar que abarca más de 75 años.
Es la primera gran obra literaria de carácter universal capaz de hacer un retrato minucioso de toda una sociedad; en este caso, de una de las más refinadas de la Edad Media. Debido a su gran extensión y a la sociedad que retrata, se ha comparado "La historia de Genji" con la obra inmortal de Proust, entre otras cosas, porque su tema central es también la meditación sobre el tiempo. Aunque no se debe olvidar que todo el trasfondo de esta novela descansa sobre una visión esencialmente budista; y que para la dama Murasaki todo el brillante mundo amoroso, tan pleno de intrigas cortesanas, que describe con tanta precisión, no es otra cosa que una bella y triste sucesión de escenas cuyo fugaz esplendor tiene, en realidad, la misma consistencia de los sueños.
De Librotea (EL PAÍS)
Para saber más: El Cultural, El Universal
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